No sé si me dejé caer o me empujaste tú, el caso es que aquí estamos, metidos de lleno en una plataforma de venta de Time Station viento en popa y a toda vela.
Y yo que llevaba un par de años dando largas a todo el mundo que ofrecía colaboración para las carreritas estas tan especiales que hago.
Siempre he pensado que era un tema mío, que a la gente le puede emocionar más o menos o directamente pasar del tema, normal.
Ya sabéis... “Que sí que sí, que me tuviste enganchado a tu carrera en Austria, fue super emocionante y tal y tienes que ir a Estados Unidos como sea y en fin, te dejo que tengo un poco de prisa, ¡aupa crack, eres grande!”
Así que en esas estaba yo, fiel e a mis principios hasta que el vértigo que produce el presupuesto de la Race Across América hizo que un domingo de excursión familiar dejara los principios en el Castillo de Irulegui, entre el Tangorri y la sierra de Tajonar, un buen sitio para olvidarlos. Tras el amor vinieron pala y socavón. Punto y bien aparte.
La venta de las Time Station es la forma más ordenada que veía para abrir la prueba a cualquiera que quisiera participar. Una fórmula que utilizan otros corredores. Así que encargué esta parte de la prueba a Arantxa. Ella se encargó de la plataforma de pago, el panel en la web, ordenó las Time Station con su nombre, kilómetro y con ese cariño con el que hace siempre las cosas y que me encanta.
Arantxa recibe los avisos de compra y ella va poniendo los nombres. Yo al principio le decía que no quería saber nada, no estaba nada cómodo. Por la tarde, cuando llegaba a casa le mandaba un whatsap “no me digas nada si hay alguna venta de TS que quiero estar tranquilo”.
Han pasado las semanas y la experiencia ha sido muy diferente de lo que esperaba. He comprobado que efectivamente el que participa lo hace desde la ilusión sincera y auténtica de "correr" la RAAM conmigo. Me he llevado unas alegrías tremendas. Ha habido unas historias detrás de cada TS acojonantes. Unas llamadas muy emocionantes. Nada de gracias y prometo mandarte una foto, no, no, veo que quizá, tiene sentido que haya unos cuantos locos en tierra, que diría Marta Martín, que estén felices de ayudarme con todo esto.
Rodar a 36 kms/h es muy grande, vale, pero esta conexión que siento ahora mismo lo es más.
Felipe Asensio rompió el hielo, mi amigo Andres Goñi se volvió loco, Pagossa Springs es el lugar más bonito de mundo, el desembarco de los compañeros de trabajo fue tremendo, los amigos siempre los amigos, Cano y mil veces Cano, los Iraizoz Blanco que quieren acompañarme como yo les acompañé a ellos cuando empezaban en el Villavés, para mí es muy emocionante, mucho. Y vamos más de 40 TS con su nombre.
Como en Marcalain, esto que estamos viviendo con las TS tiene sentido, me siento muy cómodo y espero que Juan Unzue no me lleve con las bicis de monte cerca del Castillo de Irulegui, no vaya a ser que me encuentre con mis principios y tenga que dar explicaciones.