“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

EL COCHE DEL CAFENASA-VILLAVÉS NO ES UN SEAT 132

La primera vez que me monté en un coche del Club Ciclista Villavés fue el del equipo Cafenasa, hace "unos pocos años de eso", para que os hagáis una idea de la fecha, el modelo en cuestión era un Seat 132, con un volante en un plástico duro y grande, sin reposacabezas y con una bocina en la que sonaba la canción de "La cucaracha".
Bueno, en realidad el modelo no hace justicia al año, ya que el Chantrea, movía un Seat bastante superior, el 124 y otros equipos incorporaban el citroen "tiburón" o los Renault 12 familiares. Vale, era 1990. Hace ya mucho tiempo ¡maldita sea!
Interesante año, Juan Pablo Martinez ganaba la Vuelta a Pamplona, Jose V. Garcia Acosta, nuestro Chente, fue campeón Navarro. Por el Elektra andaba Razquin y Lazkoz, tras los ánimos de su entrenador Pazos. Y en el Tafallés el rápido Alberto Cajal (abrazo Alberto!) y José Luis Urdiain un crack que sigue igual. En el Baztandarra Igoa, Villoria y Baraibar. Nosotros teníamos a Michel Malumbres y a Kike Embid como referentes, y sí, ya sabéis, como bajadores a Juan Unzué mi "profe" actual de MTB, como amigo a Oscar Asensio...a los mandos José Luis Sagastí y su eterna carcajada y el histórico José Ignacio Urdaniz Adot. Moviendo los hilos, nuestro Padrino, Pepe Barruso.
Un gran año, sin duda, aunque este intento de ultrafondista actual estaba metido de lleno en una tremenda adolescencia y daba lo que daba sobre aquella Contini roja con Campagnolo Ahena. Visto lo visto creo que tanto mi amigo en el Chantrea Josetxo Buján como yo, aportamos más a nuestro ciclismo navarro cuando dejamos la competición. No hay duda.
Luego, ya sabéis, recibí "la llamada" sí, la pongo entre comillas porque nos ha sucedido a muchos cuando dejamos el Villavés. Es una llamada a la que no puedes decir un "no". Y desde luego, el sí, el tirarme de bomba a colaborar en el club, creo que fue una de las buenas decisiones que he tomado en mi vida, si no la mejor con el "sí" familiar. Realmente mirando hacia atrás creo que son las dos cosas que me han reportado más alegrías, también algún disgusto, pero en la balanza ganan las primeras de calle.
Fueron pasando los años, 16 concretamente, fin de semana tras fin de semana al volante del Cafenasa-C.C. Villavés. Con ellos los corredores con "sus diferentes metas" que recordaba Mikel Baraibar en su certero blog el otro día. Nos fuimos actualizando en las bicicletas, metiendo los cambios en las manetas, y pasamos del aluminio de los cuadros al carbono, del cuenta kilómetros al pulsómetro. Por cierto, me acuerdo de ver como subía el pulso a un juvenil Xabier Zandio en mi casa, la de mis padres, cuando probando su nuevo pulsómetro comenzó a nevar y al bueno de Xabi y sus dieciséis años el pulso le pedían salir de casa de entrenador a juntarse con Raul o Jordi o Santi o....a matarse a bolazos. Seguro que el potenciómetro de ahora no mide la ilusión...así que una pena.
También la equipación, que antes nos pasábamos de corredor a corredor, cada año se estrenaba. Cafenasa cambió el diseño en el año 1995 con unas bandas verdes y marrones serpenteantes. Aquél año hicimos un maillot rojo con los tres granos de la marca después del Campeonato Navarro en Arre, y los años siguieron pasando, hasta que desde hace unos pocos llegó al diseño actual.

Aquél Seat 132, pasó a ser un Renault 12 bastante capaz en cuanto al maletero pero terriblemente torpe en las rampas del antiguo puerto de "El Perdón". Pero lo mejor estaba por llegar cuando Beola Motor, otro patrocinador histórico de nuestro club, dispuso de un Citroen BX, con el que Chema Garcés y yo nos movíamos como pez en el agua detrás del pelotón y si venía una piedra, como en aquel anuncio, subíamos la suspensión con aquella palanca central, bueno y si no venía también que era acojonante como subía y bajaba todo el coche y en marcha.
Los tiempos más modernos llegaron con el Citroen Xantia Familiar, muy chulo, pero el marrón corporativo de Cafenasa estaba empezando a tornarse en un color pálido y triste, así que Pepe y sus hombres de confianza y la ayuda de Beola Motor comenzaron a preparar el nuevo bólido de Cafenasa.
Vaya por delante que uno no entiende de coches, cuando me lo enseñaron ni siquiera entré dentro, para qué, si voy por la vida con un coche sin aire acondicionado!! Para mí la sorpresa fue su rotulación. Nuevos colores , nuevo diseño y sí, la foto del pobre ultrafondista de Cafenasa en su parte trasera, en plan risas y un poco posando, porque tras la cámara ese día estaba Jesús Caso, y Jesús es un profesional, había que posar.
Sabéis que en este blog no tienen cabida las palabras honor, épica, fuerza, batalla, orgullo....y si alegría, agradecimiento, camino, compañía, compartir, aprender y avanzar, palabras reales llenas de sentido. Este coche, ese detalle a mí, a Irache y los críos, a mis amigos del equipo de apoyo, a la familia nos alegra, significa la compañía entre nuestra actividad, mi actividad, lo que representa todos los corredores del equipo cadete con su ilusión y sus ganas y Cafenasa, avanzamos y aprendemos juntos en este camino como cuando entré en el Villavés, con más alegrías que disgustos y poco a poco vamos hacia adelante, disfrutando y viviendo cada etapa, en la cuesta de la iglesia de Villatuerta o en St Georgen im Attergaut de Austria.
Para mí, ver mi foto en un coche significa todo esto y estoy muy contento por ello.
Muchísimas gracias!