Siempre me pasa lo mismo, en este apartado de la carrera no he aprendido nada con los años. El par de semanas previas a la prueba son una locura y cuando más lejos y más dura sea la carrera, peor todavía. Así que este año ya os podéis imaginar que intensidad de días nos está tocando vivir por casa.
No sé si os ha pasado alguna vez. Poneros a hacer alguna tarea un tanto técnica, te dan cuatro pautas y te dicen que en diez minutos está. Luego te pegas tres tardes atascado. Pues más o menos así ha sido implantando el sistema de navegación que llevaremos allí. ¡Me río de la zona 5! Unir un portátil, con un mapa base, con el track de la prueba y con un pinganillo (gracias Manolo Azcona y Juanjo Oroz) ha sido tremendo, creedme. Por fin el lunes pasado hicimos la prueba con el track de la cicloturista Los Muros del Minero (os la recomiendo esta marcha). En fin, confirmado, nunca me salen las cosas a la primera, bueno ni a la segunda, al final fue Cano el que se llevó el problema a casa y se encerró una tarde en un tú a tú con la tecnología y ganó, esa misma noche lo instalamos en casa.
Al trajín de la navegación, se le suma el de la logística de la carrera, la ropa clasificada y en cajas de plástico: de calor, de frío, de agua, complementos cortos y largos..... Lo mismo para la comida. Lo que va fuera del frigo por cajas y por franjas de la carrera. La primera parte más de hidratos para pasar a una parte más de proteína y comida normal y una última fase parecida a la primera, y la nevera, claro, y más cajas para llevar bien ordenados los focos, pilas y baterías de recambio y cargadores, muchos cargadores, y reflectantes y herramientas y bici de repuesto... Como dice mi amigo Joseba Satrústegui: "¡Que follón Willow, qué follón!"
Además este año, con mi propósito de explicar esto del ultrafondo, de darle una lógica y un sentido para cambiar el "máquina y crack" de turno por "buen trabajo", me he dado una vuelta por los medios de comunicación. Uno no es Chris Froome, ni tiene jefe de prensa, ni tengo una buena primicia que anunciar. Sí una buena historia que contar y explicar y así lo he hecho en radio, tele y prensa en papel. Y muy a gusto y agradecido a todos ellos. Por cierto que mi padre cada vez que lee o escucha una entrevista me recuerda que él me metió el gusanillo a subir el puerto de Marcalain, no de ir hasta Santiago de Compostela sin parar. ¡Vale! Para la próxima hablaré del Miroir du Cyclisme, de Gerardo Maquirriain, del maillot del Super Ser o del azulico de Laregla Jar, de las carreras de Dicastillo cuando éramos unos críos y de la bici más chula que he visto por casa: la Marotías hecha a medida con tubería Reynolds y Campagnolo record. Vamos que si después de todo esto le pego al salto de pértiga malo....
Hoy he hecho uno de los últimos entrenos de calidad, de series y un puerto rápido. Estoy muy contento de cómo voy. La bici perfecta, disfrutándola muchísimo, rodando acoplado con mucha fuerza. Creo que llego en el momento perfecto a la carrera, como lo ideó Eduard Barceló, ahora bien ¿será suficiente para hacer una buena carrera allí? Tengo muchas ganas de montarme en la autocaravana con Mikel Baráibar y comenzar el viaje hacia Austria. Allí juntarme el próximo domingo con el equipo de apoyo y mi familia que viajan en avión. Van a ser unos días intensos y muy bonitos los que quedan hasta que me suba a la rampa y arranque la carrera.
Ah! Se me olvidaba. La organización me ha dado el dorsal 3, así que salgo el antepenúltimo, dos minutos después el austríaco Gruner y, en otros dos minutos, el dominador a nivel mundial de la especialidad Strasser, mediáticamente muy bien, fenomenal, mejor imposible ahora que para mis nervios no sé como lo vamos a llevar.
Bueno, os voy dejando, que en media hora viene Cano (qué haría yo sin él) para hacer las últimas compras.
FOTO: REPORTAJE DE LUIS GUINEA PARA DIARIO DE NAVARRA