“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

EL DESCONCIERTO CUELGA DE LAS FACHADAS Y YO PIENSO EN TI, CARLOS.

Demasiados desastres en los últimos meses, muchos, muchísimos y algunos de ellos tan injustos y definitivos que me sacudieron pero bien, entre ellos la muerte del Iruñako Andi y sobre todo la de Carlos Burguete, a la semana de hacer los dos juntos un brevet de 200 en Oyon. Brevet, que fue como una despedida, como una cuenta pendiente que teníamos desde hace años y que logramos saldarla a tiempo, sin saber el desastre que venía a los pocos días.

Quizás ese viernes de café con su inseparable Marian en el Gau Txori, en el que al salir me volví y le propuse hacer al día siguiente el brevet conmigo, fue un acierto, porque por la noche me llamó feliz con la idea y al día siguiente disfrutamos los dos de lo lindo.

No me voy a extender, porque además no tengo ni idea de escribir un blog para despedir a un amigo, ni siquiera me salen frases chulas y tampoco tengo ganas de tirar de hemeroteca, y además no creo que sirva para nada más que dejarlo por aquí, en este blog venido a menos que empezó siendo un altavoz de las carreras de Ultrafondo para los patrocinadores y se ha convertido en una biografía a tiempo real de mi vida.

Por eso quiero que Carlos tenga su hueco por aquí, y Marian y Ruben, porque les quiero mucho a los tres, porque siempre han viajado juntos a todos los lados y siempre con las bicicletas y no muy lejos de Irache, de Iciar, de Miguel y de mí. Vidas paralelas, vidas plenas.

Su historia va por las Landas, por Aquitania, por la Burdeos Paris y la Paris Brest Paris o por el mediterráneo de Cambrils y se cuenta sobre los pedales y sumando kilómetros sin final. Como la nuestra. Con un sinfín de anécdotas, situaciones y aventuras siempre compartidas que son muy parecidas si no iguales. Porque nos ha movido y nos mueve la ilusión de una salida con un final incierto y la felicidad plena de una llegada en familia.

Por eso conecté con él desde el minuto uno hace ya bastantes años y en torno a la bicicleta fuimos ampliando horizontes en las distancias más largas, yo iba saltando del trampolín cada vez más alto y detrás lo hacía él. Por eso él me llamaba aquello de "maestro" que a mi no me gustaba nada.  A Carlos la Bordeaux Paris se le quedó pequeña y se lanzó a la Paris Brest Paris en familia, en una de las historias más bonitas que he visto alrededor de la bicicleta. Un año especial para Carlos, Rubén y Marian, que dejé reflejado en las páginas del Diario de Navarra en aquel blog semanal que titulamos “24 horas en bici”, y que comparto por aquí arriba, a modo de foto de blog.

Desde entonces ya no paró de hacer brevets y diferentes pruebas y salidas interminables con su club, el Egüesibar Y de almacenar en su bajera bicicletas y más bicicletas, todas chulas y todas con una historia detrás.

La vida avanza con el labio partido, esto no es nuevo por este blog, pero avanza, aunque algunas veces nace muerto el nuevo día y lo tienes que tirar a la basura y esperar al siguiente.

Que te quiero mucho Carlos, y que guardo a buen recaudo el librillo de tus recuerdos de aquella primera PBP, y tu bicicleta de calle Stevens y tu compañía en aquel “Reto Javier 2015”, y creo que el Brevet de Oyón fue un gran despedida y un acierto que aceptaras mi proposición.

Mikel Erentxun dedicaba una canción de su último disco a su amigo Pau Dones, una canción escrita a piano y corazón que he escuchado ya muchas veces, que tiene una melodía buenísima y algunas frases brutales.  Se la tomo prestada y te la mando, Carlos, con un abrazo tan grande como un brevet de 1000 kilómetros.

Descansa en paz, compañero y tú también Andi, que también conocías la Bordeaux Paris y la felicidad sobre la bicicleta.

Tu "maestro", Willow