“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

LAS PRIMAVERAS DEL VIZCAY POR LA PIEDRA DE SAN MARTÍN.

Dice Igoa que nos ganó en la carrera de Arizcun que terminaba en el alto de Errazu cuando éramos juveniles, hace doscientos años más o menos, pero yo no me acuerdo de nada, además que ganar lo que se dice ganar, le ganaría a Chente García o a Jokin Lazkoz, porque yo era un rival al que pasar, nada más, y no para celebrar un triunfo.


Que no dudo de Igoa, está claro, pero yo no me acuerdo de mucho. Bueno, puestos a recordar, recordaré que yo si le gané a Chente García una carrera, que si lo dejamos así parece que llegué el primero, pero lo que le gané fue la posición en la clasificación final, él último y yo penúltimo. Fue en Dicastillo, pueblo a recordar por mi padre y por el Villavés de hace mil años con su corredor Garcia Bea. Tremendo, como para olvidarlo, fue un apretadísimo sprint totalmente pactado dos kilómetros antes de llegar, en el que el pequeño cafenasa le remontó al crack del Lanas Alonso la posición en los últimos metros, para sorpresa de la parroquia y mi agradecimiento eterno a Chente.


Majo Chente y majo Igoa, y Villoría y el Baraibar del Baztandarra (aunque si me dan a elegir me quedo con mi Baraibar) y majos todos, Razquín, los del Electro Luis, Cruz Urabayen, mi David Zaratiegui y mi Josetxo Bujan y todo el Mangado y Ochoa del Txantrea y hasta Valeriano Gomez de los Maphfre, al que volví a ver el año pasado, después de treinta años, celebrando la victoria de su hijo cadete en una meta por Guipúzcoa.


Y todo esto viene por culpa de Igoa, está claro, que de vuelta de la vida hemos coincidido otra vez en torno a la bicicleta, esta vez la de nuestros hijos y bajo el maillot del Villavés. Y para celebrarlo nos fuimos el domingo pasado a Burgui a pasar el día con las primaveras del equipo Vizcay en un recorrido circular lleno de sonrisas, fotos y ataques varios y sin rastro de dorsales, jueces árbitros y fueras de control. Conquistamos La Piedra de San Martín, brillamos por el valle de Belabarce y devoramos unos bocadillos junto al río Esca. Salvo un concierto en acústico de Mikel Erentxun en un atardecer sobre el mar, no se me ocurre un plan mejor.


Planes alternativos en torno a la bicicleta y su mundo, muchísimo más grande que las carreras de los domingos y que debemos enseñar a los jóvenes ciclistas, porque lo más seguro es que las ruedas de sus bicicletas giren por los pirineos con los amigos y no por la Paris Niza, y si no les enseñamos su futuro con esta imagen les estaremos poniendo una zancadilla en su adolescencia deportiva. Les estaremos engañando y es el peor de los comienzos que podemos tener con ellos y ellos con el ciclismo, sé de lo que hablo.


Porque esta es la realidad para el 95 por ciento del pelotón, por más que se centren en jugar a las carreras los fines de semana y que trabajen duro para mejorar y conseguir llegar cada vez más adelante en la clasificación o simplemente llegar, que creedme, sólo llegar ya es un triunfo.


Veo que el ciclismo base no ha cambiado mucho desde que lo dejé hace “apenas dos años” como la “princesa de Sabina”, y si ha cambiado ha sido para endurecerse todavía más en una precocidad absurda, en la que llega cada domingo mirándose en el espejo del disparate del ciclismo profesional. Como los pájaros con rumbo equivocado de Diego Vasallo.


Pero estoy contento, que no cunda el pánico. Contento con el equipo de Miguel, con sus compañeros, con los entrenadores que siempre les ofrecen un buen puñado de ideas chulas después de cada carrera sea cual sea el resultado y siempre en modo positivo. Contento con las carreras y feliz de vivir la llegada a meta como la mejor de las victorias.


Y pienso que mientras esté La Piedra de San Martin sin jueces árbitros y tengamos a Igoa recordándome que salimos felices de juveniles, todo irá bien, estoy seguro al ochenta por ciento.


Willow.


P.D.: Para los muy fans del blog, comentaros que ya estuve en Salou, fueron 13 horas de felicidad sobre la bicicleta, y deciros también que contra todo pronóstico, en Flix había tortilla y pan, y que hice PR en el Col de Faches antes de caer al mar, que no vale para nada más que para que en futuras fugas pueda recordar que cualquier tiempo pasado fue mejor.