LA ZONA 5
Una de las cosas que más me gusta de los objetivos de cada año es que cuando lo defines no tienes claro que lo vayas a conseguir.
Cuando me fijé en la Race Around Austria, enseguida me vinieron esas dudas que son las que hacen que me lance a por la prueba. Y las dudas eran reales y muy objetivas. En primer lugar, la distancia, 2.200 kms, 600 más de lo que había llegado a hacer. Luego tenemos la modalidad, contrarreloj individual, es decir, sin poder “coger” la rueda de otro ciclista en ningún momento. Y, por último, consulté la clasificación y, ¡oh sorpresa!, en el 2014, el que cerró la clasificación de la prueba fue el mismo que en 2012 me sacó 2 horitas en las 1001 millas de Italia y llegó el primero en aquella prueba, el austríaco Alfred Buchegger.
Ante todo esto, debía dar un paso más en mí preparación, pero esta vez no podía ser solo entrenando y entrenando más y más. Con 27.000 kilómetros anuales, andando sin ton ni son, ya no tenía margen de mejora. Así que, tras consultar con “la autoridad más competente” en la materia, el maestro Julián Sanz, éste me puso en contacto con un preparador específico de larga distancia, Eduard Barceló. Dicho y hecho, contacté con él en octubre, en mi mes descanso, y en noviembre empezamos a trabajar.
Eduard es un gran deportista, licenciado en Ciencias de la Educación Física y Deporte y especializado en larga distancia. Viene del mundo del Ultra Trail de montaña y los ironman, con un palmarés a nivel internacional importante: ganador tres veces de la Copa del Mundo de raids de aventura o de diferentes carreras de montaña, o cuarto en el ironman de Niza, entre otros resultados. Transmite mucha ilusión y mucha seguridad en lo que hace. Es un apasionado de su trabajo y eso se nota. Sabe lo que hace y lo hace bien, cada paso que das se convierte en una mejora, un paso más.
Sin entrar en muchos detalles, para no aburrir a la parroquia, el cambio en mi entrenamiento ha sido total. Se puede resumir en un entrenamiento más corto, más variado y muchísimo más intenso. He pasado de cuatro piques en los puertos y un montón de kilómetros a baja intensidad a meterme en el mundo de las series, el gimnasio, las TRX, las transmisiones de fuerza del correr a la bici y algunas cosas más que hacen que los entrenemos pasen volando. Además mejoras desde las primeras semanas y eso te sirve de motivación para seguir con el plan.
Una de las cosas que más me están sorprendiendo en esta nueva forma de trabajar son las series. Nunca me había molestado en hacer ni media serie hasta este año, ni me lo había planteado. En noviembre, empezamos con la zona 3, 3 o 4 veces durante 15 minutos, y ya me parecía increíble que pudiera aguantar. De allí, pasamos a meternos en la zona 4. "¡Buff, ya costaba mucho más y todo en plano! ¡Con lo que me gustan los puertos a mí y lo fácil que sube el pulso en sus rampas... pues nada, con el plato grande y en llano a mil por hora!".
Así hemos ido pasando este primer ciclo de entrenamientos, el acumulativo, que para mí ha sido como romper con todo lo que hacía antes para mejorar lo que me faltaba, la fuerza. Conseguido.
Pero, ahora, entramos en la zona 5. Llevaba meses imaginando como serían las series a esas alturas; comentando con los amigos que andar por esos niveles era como de película de ciencia ficción, que cualquier día me tendrían que venir a buscar a la carretera de Monreal, por cierto, carretera llena de la buena gente del Iruntxiki de Beriain.
A veces pienso que los entrenamientos más duros están hechos para llegar a casa hecho polvo pero con un punto de lucidez para no mandar a la mierda la planificación. Eso se me pasa por la cabeza en esos momentos que llegas "reventadico". En realidad, están pensados para hacerte trabajar todo lo fuerte que puedas sin romperte y aunque parece, cuando comienzas el entreno, que no lo vas a conseguir luego lo haces y mejoras.
Llevo unas semanas dándole a la dichosa Zona 5. Al principio le di al palo, pero ahora ya va dentro. Y me vengo arriba una vez más.
Tenía claro allá por octubre que debía hacer algo diferente para mejorar, algo planificado, con sentido y con gente que sepa el oficio de verdad, con ganas, con ilusión, con respuestas y que sabe lo que hace. Los tiempos que me voy tomando en algunos puertos, las medias que hago cuando pedaleo solo, me confirman, con datos, que voy por el buen camino.
Siempre he creído que uno se debe presentar a cualquier prueba con garantías de acabarla, debe mejorar, durante meses, lo que tiene que mejorar para lograrlo. Debemos huir de planteamientos tipo “reto” que dejan abierta la puerta a conseguirlo o no dependiendo del sacrificio o de las ganas que le pueda echar en esas horas y no debe ser así. Por supuesto que son temas difíciles y muy costosos de hacer, que te dejan una merma física importante, en mi caso durante un mes, pero me gusta que se sepa que detrás de conseguirlo hay un trabajo, específico este año, pero un trabajo que te lleva a lograrlo, no es sólo cuestión del valor que le pongas esos días.
Y así, con la zona 5 de marras, llegaremos a Austria en las mejores condiciones posibles.
¡Ah! La semana que viene tendremos la visión de una prueba de larga distancia del equipo de apoyo, por mi inseparable Fco. Javier Elcuaz Viscarret (Cano). A ver que cuenta!