“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

OTRA MEDIA FUGA POR BELAGUA: PURA POESÍA

Algunas veces leo la letra de una canción mientras la escucho, y digo algunas veces porque hay letras que merecen la pena hacerlo. Es como darles una oportunidad más, una opción de viajar con la canción hacia donde le dé la gana, como un “dejarse llevar”, que dice mi amiga Juli, sin medida y sin final.


Imagino que las notas más azules de una canción hacen de la letra una poesía. Entiendo que será así,  porque no he leído poesía en mi vida, a estas alturas del partido y de mi blog, la opción del maquillaje y el lazo para salir en las redes sociales ya la descarto, de hecho, llevo las últimas diez entradas sin compartirlas por esos lugares, ya no me aporta nada. Y no, no he leído poesía ¿qué pasa?

Si habéis llegado hasta aquí sin mandarme al fondo del Duero, a su paso por Soria, donde río traza su curva de ballesta (poesía también), enhorabuena, podéis seguir porque este comienzo de blog sin rumbo, era para volver a planear sobre los temazos de “Intacto”, “A contracorriente” y “Canción para dos” de Mikel Erentxun.

Porque creo que nunca he estado tan cerca de la poesía, son mi viejo rincón, mi “Golden hour” que dice Irache y Perdi o la luz eterna del atardecer sobre cualquier lugar al que quiero volver, que es la mejor de mis horas y el mejor de mis días, porque además de no leer poesía tampoco se hablar inglés.


Hasta aquí el comienzo disperso. Porque este blog convertido en un diario de puertas abiertas, hoy os trae el cielo azul sobre el pirineo navarro, en una fuga para dos con nieve, lagos helados, sin libélulas pero con muchos pistachos y a pleno sol. Vamos a llamarle una media fuga, porque no hay noche por medio para que sea fuga, ni avión para que sea la fuga de las fugas.


Porque la fuga con las raquetas a la parte alta de Belagua siempre es un acierto. Nada de subir el Anie o hacer una ruta circular de 12 horas con crampones y piolet, no no. Ya pasé por todo aquello y ya no me interesa.

Ahora basta con andar una hora y llegar al collado del Arlás y pararse al sol a ver el cielo más azul que he visto nunca. En el silencio y la soledad que te da un día de labor allí arriba. Deseo de cosas posibles, ya sabéis.

Media fuga provocada por la nueva vida a todo color y nuevo formato en el periódico, y una reorganización interna para llevar todos los días cada diario hasta el infinito y más allá. Una pequeña mascletá laboral que pintaba de color de las hormigas pero que estoy llevando muy bien. Un paréntesis para tomar más impulso.


Porque para llegar a ganar a los días urgentes sin descarrilar por el camino, los ultrafondistas tenemos estos paréntesis que nos dan mucha vida, y si con un paseo en bici por la N-634 de Zarautz, o un día de raquetas por la Contienda no nos vale, siempre tenemos la web de Rapha, que dicen que están muy jodidos y habrá que echarles un mano, ¿o qué?. Salvemos a Rapha, ya sabéis.

Ha ido breve la entrada de hoy, como buen diario de brazos abiertos que es en lo que se ha convertido el blog, y no he tocado que dos días antes, el domingo, estuvimos en Biarritz, porque la playa en invierno es otra de mis debilidades, como el pirineo en día de labor o las murallas de Pamplona al amanecer. Vaya plan de vida ¿no?, Vida a contracorriente. Me gusta. Cambiad de blog, estáis a tiempo.

“Mar de plata a orillas de ti, te esperaré desde aquí a la eternidad”….poesía pura y la Golden hour todo a la vez, de locos.

Willow