No tenía ninguna gana de ir al concierto de Mikel Erentxun en Tudela, tenía entradas y algunas amigas de guardia dispuestas a acompañarme, pero yo no tenía muchas ganas.
Amigas de guardia que me enviaron a los acordes de la Gibson de Mikel Erentxun en busca de una sonrisa. La vida por el periódico no da para reírse mucho últimamente, o sí, porque todavía queda gente por allí que intenta pintar una sonrisa en tu cara y eso mola mucho.
Y fuimos para Tudela, estaba cantando, al teatro Gaztambide, el ultrafondista venido a menos y su desdichada esposa, y qué acierto. ¡Brutal! Y más vale que fui con Irache y no con mis amigas de guardia, el espectáculo de Mikel en el escenario es brutal pero el que organizo yo viéndole no se queda atrás.
Me pongo nervioso y me vengo arriba cuando arranca, le grito de todo entre canción y canción y lloro como si no hubiera un mañana, hasta el punto de que casi tenemos que llamar al 112 cuando cantó “Corazón de mil inviernos” al piano, otra dimensión. Así que con Irache mejor, sí, todo queda en casa.
Un conciertazo en toda regla. Mikel, dos guitarras acústicas y un piano, y como 20 canciones de sus 35 años de carrera musical, desde las más conocidas de Duncan Dhu hasta las de la trilogía que grabó con Paco Loco.
En el Teatro Gaztambide de Tudela me esperaba uno de los momentazos que me quedarán de mi vida con Erentxun. Después de los cinco mil conciertos que calculo que llevaré, escuché en directo “Vasos de Roma y Ginebra”, para mí uno de los grandes temas de su carrera en solitario, una canción de amor que dice aquello de “Europa es tu risa al anochecer, cuando bebíamos vasos de Roma y Ginebra” que me parece algo eterno. Una frase que es un libro abierto a la imaginación y al amor y también al paso de la vida, que es una mierda, pero en esos acordes es bella, muy bella.
Estoy contento, el concierto me ha devuelto la sonrisa, como la salida de hoy con los cicloturistas del Tenis con nuestro pequeño guitarreo en el puerto de Erro que casi acaba conmigo. Como con el planazo de Dani, el Presi, que nos ha preparado un fin de semana por Valencia lleno de bici, sol y mar. El Presi es el amigo de guardia de los del Tenis y yo soy muy fan del él.
Corto, azul y bonito el blog que todavía es domingo. Aplicaré la idea que me ha dado hoy sobre la bicicleta un compañero al que le empezaba a molestar la pierna pero lejos de irse a casa me ha dicho: “Vamos a seguir un rato más Willow, que es domingo estamos muy contentos, y mañana ya veremos”
Pues eso, me voy a correr una hora y después con Irache y Cano a tomar un cañón que es domingo y todavía tengo la sonrisa en la cara. Y mañana lunes ya me la pintaré y haremos como que no pasa nada mientras busco más conciertos de Mikel y más lejos, que soy un hombre en fuga.
El blog va para Sergio, un niño que vive a mil millas de aquí que esta semana cumplió años. Sergio corre conmigo desde hace un par de años por todos los sitios donde voy, es guapo a rabiar y cada domingo por la noche le oigo reír y llorar y vivir la vida a tope. Para Sergio el tema de hoy, porque Europa es su risa al anochecer.
Mikel Erentxun, inasequible al desaliento entre nunca y jamás.
Gracias Mikel.