“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

ENTRE LAS MURALLAS DE PAMPLONA Y EL MALECÓN DE ZARAUTZ

A mi amiga Inma le han encantado las fotos que he compartido esta semana de mis carreras cuando el maldito toque de queda nos da la salida. He cambiado el recorrido y vuelvo a casa por la zona de las murallas de Pamplona en la parte vieja de la ciudad, desde la Plaza de la O, donde vivían mis abuelos y la zona del Caballo Blanco. Y esa zona está espectacular a esa hora.

Es una sensación rara. Normalmente ese tramo está lleno a cualquier hora del día y sobre todo por la tarde, pero sobre las 6,30 de la mañana no hay nadie, la parte vieja de Pamplona está vacía para Mikel Erentxun y para mí. Es un balcón de un par de kilómetros precioso. Y según dice mi compañera Isabel Ezcaray, el amanecer de allí debe ser brutal, ya cuento los días para verlo.

Como este blog está ya de vuelta de la vida, como yo, no perderé el tiempo en decir que en esos momentos de carrera solitaria, uno se encuentra con su yo más íntimo o que se reconforta con el universo y alguna memez más, no no. Paso. Mi amiga Inma y yo estamos muy por encima de semejantes chorradas, por eso le conté que era una sensación buenísima, diferente y que me tenía enganchado, nada más.

Me gusta tanto lo de correr de madrugada que por la noche me voy a la cama nervioso pensando en el homenaje que me voy a dar unas horas después. Y entre las ganas que tengo de salir a correr y que últimamente no duermo muy bien (el periódico sigue buscando la excelencia y tal), estoy para las 5, 30 h como un gato mirando por la ventana, contando los minutos para que termine el maldito toque de queda y salir disparado a disfrutar. Por cierto que hay más gatos como yo en el vecindario y no diré más.

No esperéis mucho de este blog ¿vale? Porque lo siguiente que quiero compartir es que esta semana, además de incorporar otro recorrido corriendo he descubierto Spotify, ya sé que voy tarde, ya y que tampoco da para medio blog semejante descubrimiento. Pero ha sido como entrar en otra dimensión, de verdad. Pasar del mp4 a una playlist llena de canciones de Duncan Dhu repetidas de forma aleatoria es ya otro nivel. ¡Qué maravilla!.

Estás tan a gusto escuchando Vasos de Roma y Ginebra y de repente te aparecen las Cien Gaviotas en su versión original y sigues corriendo mientras viajas directo a una sala de video juegos en Zarauz, a 25 pesetas la partida, con mi primo Jesús y los Duncan sonando una y otra vez. Eran buenos tiempos para partir el mundo en dos.

Mi primo Jesús, qué majo y qué fan es del blog, y cuánto me ayudo en mis años de hombre bala. Jesús me dice que estoy equivocado pero yo recuerdo que la primera vez que vi a Duncan Dhu fue tocando canciones de su primer álbum “Por tierras escocesas” subidos en un pequeño escenario en medio del patio de un colegio en Zarautz. Cuando Duncan Dhu sonaba a Elvis y a escobillas y grababan las canciones a toda leche y nosotros paseábamos nuestra tremenda adolescencia por el malecón. En fin.

No esperaba nada de esta semana, como de las últimas. Cuando arrancan el lunes me centro en que llegue el viernes mientras me voy cagando en el confinamiento perimetral de la provincia, y poco más. Pero a veces un cambio de recorrido con unos buenos acordes en la Gibson de Mikel, hacen que la vida sea tan bella como cuando iba a 35 de media con la bicicleta.

La semana se fue poniendo de color azul y terminó con una visita familiar a la sede del Movistar Team en Egües, una visita que ya tiene su blog casi terminado. Un blog que suena a Canyon, a Eusebio Unzué y Dominique Arnaud, a Bordeaux Paris y Strade Bianche, a un maillot de Campeón del Mundo y a mi amigo Miguel Grávalos, que se ocupa y preocupa de mí desde hace mil años.

Para mi amiga Inma el temazo de esta entrada al blog. Que fue la guinda de final de la semana. Una canción que presentó Mikel Erentxun de su nuevo trabajo. Se titula “Intacto” y el disco “Amigos de guardia”. Los primeros treinta segundos de la canción son una locura, una entrada al piano preciosa que da paso a una letra de Rafael Berrio buenísima.

Y ahora no os vengáis arriba y vayáis todos a correr por las murallas, que las quiero vacías para Mikel y para mí, ¿vale? que si no tendré que empezar como mi amigo Aitor Iraizoz, de noche al Tangorri y vuelta a 4,30 el kilómetro, y lo de cambiar está bien pero tanto cambio me pilla mayor y un poco cascarrabias…..y en el periódico buscando la excelencia. ¡Qué follón Willow, qué follón!

Willow