“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

RACE ACROSS ITALY, ME DEJÉ CAER O ME EMPUJASTE TÚ.

Esos cabrones de la Race Across Italy va y le ponen una foto mía al cartel del campeonato de Europa de 500 millas de marzo del año que viene. Anda que no tienen ultrafondistas por ahí muchísimo más guapos y con mejor planta encima de la bicicleta que yo. El mismo alemán Tobias Bayler que es un rollo hipster y en las fotos da muy bien, o el americano Michael Conti, que es guapiísimo con esa medio sonrisa que lleva, el austriaco Strasser, que no es muy guapo el tío, es cierto, pero su VO2 max extratosférico lo perdonan todo.

¡Qué tios los italianos! No se han enterado que ya no soy hombre bala. Imagino que no leerán el blog, ni el Diario de Navarra, claro. Y si lo leen igual no se enteran de nada como me pasa a mí en todo últimamente. ¿Cómo se dice en Italiano “hombre en fuga”?

La Race Across Italy, la carrera que fuimos a comérnosla y volvimos con un quinto puesto y el principio del final del hombre bala. No fue mal, porque una crono individual de 800 kilómetros como aquella no depara sorpresas. El resultado es fiel reflejo del nivel de cada corredor. Por eso Strasser está donde está y yo le saludo cuando me pasa. La historia de mi vida.

Pero la carrera, los días allí, la preparación anterior y cómo lo vivimos fue tan chulo que me pasa como con la RAAM, me acuerdo y me da penica. Como la canción mexicana: “ayer lloraba por verte llorona y hoy lloro porque te vi”. Como con todas las cosas chulas que ya han pasado. Círculos.

Reconozco que he pensado en volver a competir y la Race Across Italy es perfecta para un darse un homenaje sin tener que dejarte la vida en el puerto de Etxauri los meses anteriores ni darle un buen viaje a la cuenta corriente. Un pensamiento que me ronda desde que finalicé aquel Tor Tour de Suiza, séptimo y punto final de los finales.

Y ya cuando se acaba esta mierda de año de la COVID 19, ¡zas! Mi foto en el cartel del Campeonato de Europa y de la Race Across Italy, creo que tengo un blanco perfecto en la sien.

Tranquilos, familia y amigos, no vuelvo ni loco. Me lo he llegado a plantear varias veces, bueno muchas veces, muchísimas sí, pero es mejor no volver. Estoy seguro al 60 por ciento. Aunque vete a saber porque echo la vista hacia atrás y veo que no he dado ni una en mis propias predicciones.

Me acuerdo cuando me preguntó el gran Manuel Torres , en una charla sobre la RAAM que dimos en su empresa, si volvería a correr la carrera otra vez. Marta, mi mano derecha e izquierda de mi vida de hombre bala me miró, respiró profundo, la pobre por un instante vio su vida de vuelta a la Camper Van aquella, cruzando estados unidos a ritmo de las canciones de la peña Oberena, otra vez. Yo contesté un sí rotundo y ya no volvimos.

Si miró más hacia atrás me veo jurando y perjurando que la Race Around Austria iba a ser mi última carrera. Y si nos vamos al 2012 después de aquellas mil millas en Italia ya iba a colgar la bicicleta.

La mundial la tengo grabada porque fue en televisión, en una entrevista donde me preguntaron si me planteaba ir a la Race Across América alguna vez en mi vida, en fin, por supuesto dije que nunca lo haría y no sólo me quedé en eso, no, me vine muy arriba y dije que me parecía un ejercicio de egoísmo meter una RAAM en una vida familiar y laboral normal como la mía. En fin, si me cuentas mi vida lo niego todo, como Joaquín Sabina, el flaco de Úbeda.

Viendo este panorama el otro día le escribí a Adolfo, mi amigo solidario allá por Toledo. Necesito otro amanecer por alguna carretera desconocida, un ataque de sueño sobre la bicicleta, una noche con unos acústicos de Mikel Erentxun y una llegada azul, como el mejor de los sueños.

Tenemos el plan y el rumbo, es fácil, nos plantarnos en Cabra (Córdoba) con nuestras bicicletas y una vez allí nos encontrarnos con Juli y su familia y salimos a correr con ella por una sierra que tienen allí magnífica.

Pero nada solidario esta vez, nada de vender camisetas, ni vino, ni piruletas ni nada, que tengo el armario con camisetas como para el resto de mi vida. Esta vez lo vamos a hacer por nosotros, porque nos lo merecemos, porque Adolfo y yo somos fans de Juli y porque ahora mismo es lo que más me apetece, y punto. Solidarios con nosotros mismos.

Así que todo el mundo a ser formales estas navidades, que para marzo no quiero ni medio confinamiento perimetral. ¿Estamos? Pues eso. Además tengo a Dani, el presi de los cicloturistas de Tenis currando en Valencia y Chechu, su mano derecha, con la bicicleta recién pintada de rojo y todo apunta a un Pamplona – Valencia – Toledo – Córdoba – Pamplona.

Carta blanca, pasaporte y poco más que añadir.

Willow