“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

A SUIZA CON ILUSIÓN: AL HOMBRE BALA AÚN LE QUEDA UN ÚLTIMO VUELO..

Esta noche he vuelto a salir con la bici, hacia el Valle de Aranguren. No es una gran vuelta pero cuando llego a Labiano empieza a entrar la luz del amanecer por el Castillo de Irulegui. Y cuando llegó a la bajada de Ardanaz hacia Sarriguren, Pamplona se ve todavía con las luces de la noche, pero casi es de día ya.

No es el amanecer de la vida, que va! Ese suele ser en el mediterraneo, el sol sale por la línea que dibuja el cielo con el mar. Esos amaneceres son irrepetibles. Y tremendos son los que te pillan en alguna cadena montañosa, frios aunque sea agosto, da igual.

Si consigo aguantar en la cama el lunes y martes de la semana que viene el siguiente amanecer me pillará en Suiza, no tengo claro si al final del lago Constanza o subiendo el Sustenpass a 2200 metros de altura, pero pinta frio y si no llueve inolvidable, y ya si voy entre los primeros de la carrera será un amanecer feliz, como “El día feliz que está llegando” de Silvio Rodriguez.

El TorTour de Suiza es una prueba parecida a la Race Across Italy pero con unas pequeñas diferencias que pueden marcar la carrera. Veamos.

Distancia:
Por un lado tenemos el kilometraje: Son 1000 kms, 230 kilómetros más que en Italia, parece poco pero estos 230 kilómetros a final de la carrera nos pueden llevar a hacer unas 8 horas más.

Desnivel:
Adiós a los puertos de Gran Sasso y sus amigos al cinco por ciento de desnivel, muy buenos para mí o razonablemente buenos para mí, aquí no, pasamos a los porcentajes conocidos de Pirineos y Alpes, encademos varios “Tourmalet” al principio de carrera y durante la mitad y final de la prueba los puertos son de menos kilómetros pero el porcetaje medio no baja de 8% y a veces sube demasiado. Y no me gusta, siempre se me han atragantado estos porcentajes, veremos si el trabajo de gimnasio, mis 51,5 kgs de peso de ahora y el desarrollo de mi Specialized me hacen subir como debería subir. Porque el resto de datos que ofrezco son como para el puerto de Marcaláin y gracias.

Salida:
Sin duda para mí el factor más determinante de la prueba. Quizás pueda variar una clasificación final que en cualquier prueba, como Italia, ya podríamos hacer antes de salir. Me explico.
Se sale a las 12.30 h de la noche del jueves 15 al viernes 16. Me explico mejor. El vienres 16 a las 00.30 h, arrancamos, es decir, empezamos a pedalear con una deuda de sueño de algo más de 12 horas. La mañana del 15 la pasaré en el hotel intentando dormir pero tenemos un prólogo a las 15.00 h de ese día que decide el orden de salida de la noche, así jaleo al medio día y vuelta al hotel a intentar estar tranquilo.

Con todo esto la gestión del sueño se hace fundamental, que no es otra cosa que no parar a dormir. Si para los 1000 kms de carrera con 15000 metros de desnivel acumulado estimábamos 38 – 40 horas de carrera, ahora tenemos que ver cómo nos podemos ir a las 50 horas sin dormir con las 40 finales de una pedalada de calidad. Dificil.

No estoy para nada de acuerdo con el horario de la salida. Lo normal es levantarse con unas horas para desayunar y soltar piernas e ir a la salida. No tiene sentido estar todo el día templando los nervios para arrancar en el momento en el que el ciclo vital de todos los días del año el cuerpo se apaga para dormir.
Pero bueno, quizás nos venga muy mal o quizás nos venga menos mal que al resto, no lo sé, bien no viene a nadie, eso sí.

Para este “último vuelo del hombre bala” he recuperado al equipo inicial de las 1001 millas de Italia o la Race Around Austria. Irache, Cano y Joseba vuelven a la aventura, Marta, el pulmón de la banda, no se baja todavía, creo que espera que pierda totalmente la cabeza y vuelva a la RAAM, para que le pague el Rueda que le debo en Pagosa Springs, al pie del Wolf Creeck Pass, el techo de la carrera, el lugar donde quiero volver. Porque el año pasado pasamos por allí de noche, sin gasolina en el coche y sin humor en nuestros cuerpos después de bajón de Durango.

Que mi hermano Mikel Baraibar esté en Japón es un desastre, así como suena. Estas pruebas y su preparación no son lo mismo sin él y la vuelta a Puente tampoco, ni el amanecer por San Cristobal ni el café en el Ogi Berri de Ripagaina, nada es igual sin él. Ya va para el año y no me acostubro y voy a peor, como con la RAAM. Ahora no hago más que poner por los grupos de whatssap fotos juntos de momentos vividos, que han pasado pero que en poco más de un año vamos a repetir. Hablamos cada semana y le escribo unas carticas al e-mail que me pueden dar para un libro cuando vuelva de allí. Estoy atrapado en el círculo Baraibar.

Pero bueno, vamos contentos a Suiza y “con ilusión” que dicen que dice el buen cicloturista Joaquín Unzué. Quiero hacerlo bien, quiero hacer la carrera mirando la clasificación, quiero que el vuelo de Suiza sea especial para el equipo y para mi familia, para Miguel y para Iciar y para mis amigos.

Que gane el quiero la guerra del puedo, y que vuelva Mikel Baraibar, tenemos que arreglar varios asuntos dando la vuelta a Puente.

Al hombre bala aún le queda un último vuelo.