Estoy en un estado de subidón permanente e insoportable, lo reconozco. Entre que la vida pasa a golpe de buenas noticias y no paro de entrenar, duplico sesiones y hasta los jueves hago tres cosas diferentes (correr, gimnasio y bici), me parece que estoy en aquellas rectas de Kansas con el viento a favor pasando a corredores. ¡Qué magnífico día aquel!

Para rematar esta vuelta a la cándida adolescencia y a la felicidad plena, va y se le ocurre al club Oberena hacerme finalista de los premios “Oberenista del año”. ¡Toma ya!

Y yo que por Agosto no quería saber nada de la Race Across América ahora me encanta recordar todo aquello y cada homenaje, premio, cena de fin de temporada... me sienta como si me dieran un “premio Laureus” del deporte. ¡Veis como me vengo arriba!

“Oberenistas del año”, mola. Aunque he de reconocer que sólo llevo 3 años en estas piscinas, pero en mi favor diré que la única bandera que he sacado a la llegada de las pruebas ha sido la de Oberena en Annapolis, en la meta de la RAAM.

Que si me ponen la bandera de Japón (un abrazo Mikel!) en aquel momento pues nada, con la de Japón al podio, que después de 4950 kilómetros me daba todol igual, pero Asier Orla, el bueno de Asier, quiso que fuera la de Oberena. Oberenista, no hay duda.

El nivel de los galardonados era increíble, la verdad que hay muchos campeones en Oberena, mirad:

Javier Labiano: Medalla de Oro en el Mundial de Paleta Cuero.
María Asurmendi: Balocensto femenino, Supercopa de España, Liga y Copa del Rey en 2018
Daniel Berrogui: Campeón de España de Paleta Cuero.
Jorgue Dabán: Campeón de España de Tiro con Arco.
Maitane Melero: Medalla de oro en los 3.000 m Campeonato de España y un historial deportivo impresionante.

Me gustó el acto, la placa y la cesta de productos de comercio justo que nos dieron. Salir en la foto con Maitane Melero, que en casa somos muy fans de ella, fue muy chulo para mí y para mi hija Iciar, que hace atletismo en el Pamplona Atlético.

Fue el primer acto público para mi Specialized Tarmac, se portó bien, se ve que le van los saraos, se llevó unas cuantas fotos y los típicos comentarios de que con “semejante bici no tienes ni que pedalear” que normalmente me parece una ocurrencia de poco alcance, pero como estamos de subidón, pues nada, tiene mucha gracia.

La Tarmac y el ultrafondista venido arriba vamos el lunes a visitar a Jon Bru, para que nos vaya ajustando a los dos. Seguro que lo hará bien, como siempre. Jon es un buen amigo desde años. Me gusta traerle una camiseta de cada prueba que hago, es como una tradición, ya le he echado el ojo a la que le voy a traer dentro de unos meses. Es muy chula, como la carrera, ya veréis.

“Oberenistas del año”, ¡cómo mola!. A ver si dura el tirón hasta el próximo mes de julio y me puedo hacer con un espacio propio y permanente (como mi estado de alegría) en el césped de la piscina, que el tema no es fácil, allí cada familia o cuadrilla tiene su sitio, el mismo, yo me estoy haciendo uno, poco a poco, quizá este año con el título la cosa cambie. Puedo llevar la placa de finalista con el libro y la toalla.

Sigamos bebiendo vasos de Roma y Ginebra y en unos meses me veo en Oberena en el concurso de paellas, pinchando discos en la Pool Party y en el campeonato de natación de las fiestas de Oberena, ¡Ah no, que no sé nadar!

¡Viva Oberena!