“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

MTORRES. VIENTO A FAVOR EN LA CARRETERA DE MONREAL Y EN EL PRESUPUESTO DE LA RAAM

Llevo los tres últimos años intentando explicar todo este sinsentido del ser “Ultrafondista”. Título por cierto que no lo dan en ningún sitio, en mi caso fue mi primo Jesús que se encargó de ponerlo en la web, así que desde entonces soy Javier Iriberri "ultrafondista".

Cada vez que me dicen "grande" les contesto con mi estatura y cuando me dicen máquina les doy los datos del campeón austríaco Strasser en la RAAM y la cantidad de horas que me puede sacar, si es que acabo la carrera.

Si me preguntan cómo he preparado esta carrera, les contesto que dando pequeños pasos durante los últimos 18 años y, si me dicen cómo hago para conciliar la vida familiar, laborar y deportiva, les contesto que no concilio nada, que en casa y en el trabajo todos compartimos la misma ilusión y así todo siempre va rodado.

Si me hablan de fuerza mental sobrenatural, les digo que me da pánico la lluvia y que durante la carrera suelo llorar a la salida, todas las noches, alguna tarde, cuando sale el sol y ya los numeritos en la meta son tremendos.

Y descarto de mi vocabulario la palabra "reto", batalla y épica, lo siento, no las aguanto. Pero, entonces, ¿qué nos queda del ultrafondo?.

La respuesta me la dieron desde la empresa M.Torres hace tres semanas, vía teléfono primero y en persona después. Algo sencillo, sincero, directo no hubo adornos ni juegos de palabras, ni promesas de nada, no hizo falta.

Conocieron el proyecto de la Race Across América como siempre he querido que se entendiera. Desde una pequeña historia familiar, de pequeños progresos durante muchos años, de algo sencillo que poco a poco puede acabar en la mayor carrera del mundo pero sin perder esa esencia de hacerlo con alegría que recuerda siempre Mikel Baráibar.

Quieren apoyar esta aventura. Me quieren ayudar a tener la oportunidad de cumplir un sueño y una carrera final. Quieren apostar por algo real y lo hacen desde la ilusión de poder hacerlo.

Para mí, supone algo muy gratificante, algo que no es fácil de poder explicar. Es una ayuda importantísima para todos, para mi familia, para el equipo de apoyo. Todo un empujón en la línea de flotación del presupuesto, ese que mal empezamos en noviembre y que al final le hemos dado la vuelta.

Es como un premio al final de este viaje de estos últimos años. Un premio que llega en el mejor momento. Veo que el camino que decidimos en su día para contar todo esto es el correcto. Que una empresa como M.Torres quiera vincular su nombre con este proyecto es fantánstico y que lo hagan porque reconocen unos valores de trabajo, de felicidad, de familia, algo sencillo y a la vez increíble, cosas que siempre he querido transmitir, eso, es para mí eterno.

Leí primero y me contaron después que Manuel Torres, presidente de la empresa M.Torres, cuando tenía que dar en la tecla perfecta en algún proceso de su trabajo cogía la bici y se iba hacía Monreal, él y su problema, si para Monreal no estaba solucionado subía a la cima de la Higa, y siempre daba en la tecla.

La historia de esta empresa, de su presidente y de su familia, siempre ha estado muy ligada a la bicicleta; la mía y la de mi familia, la de mis padres y hermanos también. Estoy seguro que la bicicleta que nos ha ayudado a todos en muchísimas situaciones de la vida ahora nos ha juntado en esta carrera final que es la Race Across América.

Iremos como siempre con Cafenasa, claro, pero también este año llevaremos el maillot y el culote de M.Torres en los desiertos de Borrego Springs, las rectas de Kansas, la reserva de los indios Navajos, el paso del río Misisipi, por los Apalaches y también camino de Monreal, en julio, cuando hayamos vuelto de la Race Across América y tengamos que buscar algo que hacer con el 2019, y sabéis, si para Monreal no hemos dado con nada, subiremos la Higa y a ver qué pasa.