“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

MEDIA LUNA PARA ARRIBA: LA HISTORIA DEL PIQUE MÁS INSANO DE STRAVA

“Media luna pa’rriba”, así se llama el segmento de carrera a pie en Strava que desató el mejor pique totalmente insano de la historia de esa maldita aplicación, el que nos ocupa y preocupa a Eneko Ayerdi y al ultrafondista navarro venido a menos.

Dos meses estuve por el parque de la Media Luna de Pamplona, detrás de una maldita copa en nuestro segmento de referencia en Strava, dos meses para meterme en una octava posición y apenas dos días para salir del top ten. El tiempo que pasó entre mi pedazo de marca y el entrenamiento de Eneko y sus secuaces, roba copas de libro.

Lo hicieron de noche y a traición, y no contentos con eso, a los días volvieron para pulverizar las marcas, haciéndome perder las ganas de ganar, como canta Sabina con María Jimenez.

Pero no pasa nada, porque soy ultrafondista y un pesado de manual, eso también, así que rápidamente busqué más segmentos para ir coleccionando copas como si no hubiera un mañana. En mi imaginación eran los segmentos más importantes y difíciles del mundo, ya sabéis, las películas de los cicloturistas que escribimos por aquí hace poco. Y fui cosechando segmentazos como “Carlos III”, “Vuelta arrodillada” “Taconera a full” o “Catedral plaza de toros”. De locos.

Como nunca me fie de Eneko, ahora sé que hice bien, fui un paso más allá en esta inmersión autodestructiva en Strava, y puse en marcha un plan infalible, algo que me aseguraba dejar mis “pequeños triunfos” a lo largo de los meses y quizás los años. Mi plan era algo tan básico como una colección de copas cada vez que me iba de fuga con la bici, retos solidarios varios, vacaciones familiares y diferentes salidas de fin de semana. Lejos, muy lejos de aquí, donde Eneko y su banda, no tuviera opción de pasar un martes cualquiera, ni siquiera en un mes o unos años a la vista, nada.

Así que logré unas copas en segmentos tales como “Pasarela del faro”, “Vuelta al Rubina”, “A la playa”, “No tan mendi”, “Ainsa escollera parking” o “Calpe clasicc Quick Steep run”. Todos ellos repartidos entre la Costa Brava, la Dorada, la Blanca, el Pirineo, Santiago de Compostela y lo que haga falta, porque nunca es suficiente, en Strava y en la vida.

Sé que suena mal, el mundo Strava puede llegar a ser muy patético, lo sé. Pero aun podía subir otro nivel para caer más bajo todavía, y claro, lo hice. Tremendo.

Fue cuando ante un segmento de 300 metros en el puerto de Empuriabrava que se me estaba resistiendo, le coloqué mi Garmin a la pequeña Iciar y bajo la promesa de una suculenta cena en la Taglietella de Rosas, me consiguió la ansiada copa. Es tremendo, lo reconozco, pero bueno, al final es sangre de mi sangre y luz de mis días, son los ojos de miel que me lanzan dos flechas al corazón todos los días, así que tampoco es para tanto, es una pequeña trampa que lleva tanto amor que casi no es trampa. Creo que está al nivel de un buen tras coche o tras camión, o del que se salta dos semáforos en rojo por un top ten, pequeñas tretas sin importancia, y todavía muy por encima del que sube San Cristobal en moto y lo graba en modo bici, o se va directamente en coche para vengar un segmento robado a traición, que “haberlos haylos”, ¿o qué?.

Termino por donde realmente debía haber empezado:

Ahora estamos con el “Curtidores training” a vueltas, o mejor dicho, estábamos, porque todo empezó y terminó en a penas 4 días. El tiempo que le llevó a Eneko a pillar la copa de quinta posición, a mi en ir después y sacar el KOM a 3,58 m/km y la posterior vuelta de Eneko para dejarlo en un 3,28 m/km y con esto, cerrar el culebrón “Curtidores”, porque no voy a tener vida suficiente para bajar ese ritmo. Demasiada cuesta y demasiada edad, en fin.

Pero cuidado que por delante tenemos una concentración de ocho días en Calpe, en plan profesional, con aquellas primaveras que antes eran cadetes y ahora visten de Sub-23, donde volveremos a batir el KOM de Rates y habrá un incendio en alta mar cada amanecer cuando salga a correr. Un plan sencillo pero insuperable (un saludo Migueltxo).

Así que ¡atento Eneko!, que te van a caer “bien de copas” (como dicen ahora), por todos los segmentos desde Calpe hasta Altea, y si tiramos para arriba hasta Moraira y más allá. No pienso dejar uno libre, y si yo no puedo, tengo a seis gallos para pasarles el Garmin, que eso no es hacer trampa porque les quiero como a un hijo, y punto.

Pena de muerte para el que inventó Strava.

Willow

P.D.: A Eneko le perdono todo y más. Le quiero montón, es un gran compañero de viaje y de los que sin saberlo me han devuelto al Villavés, como Adur. Porque son bandera del mejor ciclismo base de la historia, el que vale la pena emplear mil domingos y otros mil más, porque siempre es un éxito. Así que lo de Strava, casi que lo olvidamos. Por lo menos hasta que lleguemos a Calpe.