“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

RACE ACROSS AMERICA: PLAZA PARA EL 2017 Y 2018, ¿LO INTENTAMOS?

-¡Tranquilos, de verdad, que aunque nos vaya muy bien esta carrera no se me va a ir la pinza tanto como para intentar ir a la Race Across América! Esto acaba aquí. Vamos a terminar esta carrera sí o sí. ¿Vale?
-¡Ostras! ¡Lo está pensando! ¡Ay, Dios! Bueno, no pasa nada, que nos libra de cruzar el charco el miedo que le tiene el cabrón éste al avión!!!
La respuesta de Cano a mi idea nos dio para reírnos un rato aquella comida previa a los controles de la Race Around Austria. Ahora, pasado algunos meses de aquello, la cosa sigue teniendo gracia pero también ha tenido su proceso de maduración, de consultas, de ver posibilidades, de poner este momento en los años, en la vida deportiva de uno, en fin, de un planteamiento real.
Si me llegan a decir hace un año que iba a completar una prueba de la Copa del Mundo sobre 2.200 kilómetros en contrarreloj individual y con 31.700 metros de desnivel me habría reído pero bien, a carcajadas. Sin embargo, acompañado de todos, mejorando con todos, lo hice y además con una solvencia de 18 horas sobre el cierre de control que era donde físicamente estaba al empezar el sueño de Austria. Mejoré. Puse todos los medios que ya hemos comentado mil veces y mejoré, lo logré.
Hace dos meses me llegó un correo electrónico de la Race Across América, la carrera más larga y dura que existe. Recorre Estados Unidos de costa a costa, sobre 4.800 kilómetros en formato contrarreloj individual y como siempre, sin parar. Pasa por 12 estados, atraviesa las tres cadenas montañosas más importantes (Sierra, Rocosas y Apalaches) y cruza ríos como el Misisipi, Ohio o Colorado).
En el correo, me indicaba que con lo que había hecho en la Race Around Austria tenía plaza para el 2017 y 2018 en su carrera, la más dura del mundo. Además, me daba la enhorabuena y me invitaba a sentir la experiencia y optar a entrar en un pequeño grupo de gente que había conseguido terminar tal hazaña.
Ya sabía antes de ir a Austria que, si lo hacía bien allí, podía obtener plaza para la RAAM, una plaza difícil de conseguir, un tren que pasa muy pocas veces, pero para ser sincero ni me lo había planteado. Me daba igual esa plaza. La diferencia entre antes y después de Austria ha sido el desarrollo de la carrera. No gané, lo sé, ni siquiera hice entre los cinco primeros. Hice noveno, pero sobre todo lo que hice allí fue darme cuenta que estaba con aquellos cracks del ultrafondo tratándoles de tú a tú; que no desentonaba para nada; que subiendo iba en tiempos de los primeros, que físicamente acabé entero, que no tuve ningún problema de lesión (seguramente gracias al fisio Óscar Morales) y que pude ver cómo corregir el fallo que tuvimos en la gestión del sueño.
2017 y 2018, dos únicas balas, dos oportunidades que no vuelven, dos opciones de cerrar el círculo que empezó en aquella Bordeaux Paris del año 2000 y que dieciocho años después, quizás, pueda intentar dar carpetazo a todo esto en la mayor carrera de ciclismo que existe.
Hasta aquí todo muy bonito ¿verdad?, la superación, la ilusión, llegar a lo más alto del Ultrafondo, tocar el techo. La verdad que suena perfecto.
Ahora vamos a bajar a la tierra. Todo esto pasa por encontrar el apoyo económico suficiente, gente que se quiera sumar al proyecto en la medida de sus posibilidades, un apoyo que nos permita afrontar la prueba en condiciones tanto a mí como al equipo de apoyo, unas condiciones que nos deben llevar a jugar de igual a igual con el resto de corredores; unas condiciones que pasan por profesionalizarnos durante los días que pasemos en la carrera, todos.
Soy consciente que la cobertura económica, el patrocinio, es la mayor dificultad a la que me enfrento, más que los 4.800 kms de la prueba, pero si he llegado hasta aquí, a base de pequeños logros durante 17 años, creo que debo darme una oportunidad, por lo menos lo debo intentar, lo estoy intentando y pienso seguir haciéndolo hasta que a mi plaza en la salida de la RAAM se le haya caído la última hoja del calendario.
Claro que como lo consiga, tengo otro problema….el viaje en avión!!!!
Bueno qué! ¿Lo intentamos?