“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

DE TALAVERA DE LA REINA A GIJÓN, EL ULTIMO VUELO DE MI AMIGO ADOLFO

Me piro a Talavera de la Reina (Toledo), os diría que es un buen lugar para irse a olvidar, como dice Loquillo, o al que volver, o el sitio de mi recreo y todos esos círculos que las canciones ochenteras han dejado por ahí, bailando en los cuatro recuerdos que todavía conservo.

Pero no, Talavera de la Reina es el sitio elegido por Adolfo, mi ultrafondista solidario de referencia desde hace ya algunos años, para llevar a cabo su nuevo reto por una buena causa, otra aventura que la vuelve a comenzar por el final, porque cuando salgamos el sábado a las 9.30 h de la mañana de la plaza del Pan de Talavera, Adolfo ya habrá conseguido más de 15.000 euros para ayudar a la asociación de autismo TEA y a Pelayo, un niño que se ha tropezado en el camino vital de Adolfo.

El principio del final y vuelta a la casilla de salida, porque Adolfo es el único ciclista que celebra la llegada a meta en la línea de salida y hace de los kilómetros que le quedan hasta la otra meta, la de llegada, una fiesta brutal a la que tengo la suerte de que siempre me invita.

Y por primera vez, pedalearemos hacia el norte de España, hasta Gijón, por un recorrido que me trae buenísimos recuerdos. Imágenes de mi hermano Mikel Baraibar en su fuga de Gijón a Tarifa, en ese juego de Mikel con la fuerza y la paciencia, esa lección permanente de la parte del ciclismo de Ultrafondo que a mí me faltaba y que me sigue faltando, pero ya da igual.


Pero vamos al lío, Adolfo, amigo, déjame que te ponga al día de mi vida y así tenemos la cosas claras antes de empezar la ruta, ¿vale?. Venga, te cuento.


Ya no soy hombre bala, o quizás sí, no lo sé. El caso es que ya no voy tan rápido en bicicleta, en un año me he tirado a las zapatillas como si no hubiera un mañana. Y entre fugas a Cambrils y a Santiago de Compostela en bicicleta, he subido el Veleta y he corrido por todos los sitios a los que llegaba con la bici. Y con este plan pues ya ni ando bien en bici y tengo claro que nunca correré rápido, pero me lo estoy pasando genial.

Así que si quieres que te quite el viento allá por el páramo castellano camino de León, y te cuente aventuras por la noche cuando subamos el puerto de Pajares, necesito una salida suave, tranquila, porque la vida a 27 kms/h es bella, Adolfo, y a 30 se sufre mucho y no hace falta. No estamos ya para batir ningún record que no sea el de pasarlo bien. Tú sólo dame cinco horas y yo pondré las otras veinte que nos faltan.

Ah!, si por la noche entre las Cien Gaviotas y Esos ojos negros me escuchas algo como “te voy a escribir la canción más bonita del mundo” tu tranquilo, que estará todo en orden, es que por causas y azares (un saludo Silvio Rodriguez), a mi vida ha llegado La Oreja de Van Gogh, que Leire canta muy bien y Pablo hace unas letras brutales y yo llevo un año muy disperso y tal.

Termino, Adolfo, tu amigo de guardia Iosu Antoñanzas, ya me ha hecho llegar la equipación para este reto, otra más y otra aventura que el mundo GABIL hace bueno aquello que dijo Jesús, el alma de esa empresa con mucha alma y corazón, “a la gente buena hay que ayudarla siempre”.

Y siempre te ayudan, a ti y a los que tienen la suerte de tropezarse contigo, porque Pelayo y la asociación TEA están de suerte y yo también.

Otra vez la vida me ha sacado a bailar.

Así que carta blanca, pasaporte y poco más que añadir.

Willow
Si procuras no tenerme en el olvido, yo prometo soñarte mientras duerma y dormir hasta que estés aquí conmigo.