“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

CELEBRACIÓN IMPOSIBLE POR GRANADA: MANERAS DE VIVIR

En estos momentos mi amigo Cano y sus secuaces viajan a 300 kms/h rumbo a Granada. Los imagino felices, para nada con miedo como lo hago yo cuando el maldito tren alcanza esa velocidad, no. Mis amigos, para su suerte, no tienen las preocupaciones de quien lo quiere controlar todo y apenas controla su día a día. Les queda poco tiempo para desembarcar en una ciudad que a mí me traer unos recuerdos buenísimos, que me lleva directamente al pico Veleta y al mirador de San Nicolás, a una de las mejores fuga de mi vida.


Pero a esta cuadrilla de cabrones ni les ocupa ni les preocupa el Veleta, no. Estos insensatos no han tenido mejor idea que celebrar el año que termina con la primera parte de su vida por Granada. Y por tres días vuelven a la tremenda adolescencia, para dar fuego a la Alhambra, el Generalife y la madre que pario a Paneque y me quedo corto.


Envidio las ganas que tienen de celebrar semejante acontecimiento. Y ya puestos a celebrarlo, pirarse a mil millas de aquí (Brillaré), para darse un homenaje en toda regla. Y me da envidia, de verdad. Me da envidia tener la ilusión por hacerlo, por dejarse llevar sabiendo que es un plan perfecto, porque en realidad, 9 amigos en un paréntesis de tres días en su vida, es un plan perfecto, en Granada, Cuenca, Dubrovnik y hasta en Itaroa, bueno igual con lo de Itaroa se me ha ido un poco la tecla.



Y si lo miramos bien, con la edad que celebran, tres días por Granada a todo trapo quizás sea la aventura de su vida, con ese final incierto que tanto me gusta, porque me los puedo imaginar en el tren de ida pero no acierto a verlos cómo puedan estar en el tren de vuelta a casa, final incierto guapo.


Ahora mismo para mí, pedalear hasta Granada y volver lo tendría más seguro que aventurarme con ellos en semejante celebración, y escribiendo estas letricas me doy cuenta que tenía que haber ido con ellos, porque seguramente iba a ser el reto del año, como cuando subí el Veleta, o corrí la RAAM, no sabía cómo iba a terminar el tema. Apuesto a que no llegaba al sábado.


Que imagino que no todo va a ser juerga, no os vayáis a pesar que aquí Cano y los suyos son una cuadrilla de crápulas de vuelta de la vida, que sí, que están de vuelta de la vida, pero crápulas, lo que se dice crápulas pues no.


Seguro que Cano ya tiene concertadas tres o cuatro visitas guiadas, porque últimamente no sale sin visita guiada, para mí demasiadas. Que Granada es muy bonita, vale, pero el año pasado entre llegada y salida, pasé un día entero allí, por la mañana subí el Veleta corriendo y por la tarde me vi la ciudad, punto, suficiente. No entré a la Alhambra, vale, pero estuve en el atardecer por el mirador de San Nicolás con la camiseta de Phelan Mcdermid y después de ese fotón ya lo demás daba igual.



Granada en una tarde no es tan rápido como puede parecer. Al fin y al cabo yo tengo el record del mundo en la visita más corta al Museo del Prado en Madrid, fue hace un montón de años con mi amigo Miguel. En 35 minutos con pincho de tortilla incluido, nos habíamos pimplado todo el museo.



Maneras de vivir, como la canción que acompaña hoy al blog, un viejo tema de Rosendo que ando escuchando últimamente, con varios artistas invitados, entre ellos Dani Martin, que me parece que tiene una voz buenísima, además de guapo, y Jaime Urrutia, un icono de los ochenta, el de las Cuatro Rosas, Camino Soria y unos cuantos temazos de vida más. Maneras de vivir, ¡me gusta!.


¡Buena aventura compañeros!, suerte con el reto, que eso es un reto a vuestra edad, y mucha fuerza, que la vais a necesitar, si se os hace duro, pensad en los que habéis dejado aquí, que fijo que se acuerdan mucho de vosotros y a todas horas y os estarán esperando para daros la bienvenida que merecéis, que pinta celebración guapa también, como para otro blog, ¡capullos!.


Mucho ánimo, cuidadme al Tusico, por favor, que es lo mejor de esa expedición, y mi Cano, claro, el resto como si no volvéis.


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