“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

MAX SALA: EL MANCHESTER CITY EN LA RACE ACROSS AMÉRICA

Por estas fechas hace un año, me llamo Xabi Zandio desde Manchester. Estaba de concentración con su equipo, el Team Sky.

Xabi había cenado la noche anterior con un tipo que iba a hacer la RAAM 2018. Era Max Sala, médico del equipo de fútbol Manchester City de Guardiola, y amigo personal de David Brailsford, el mánager general del Team Sky.

Os reconozco que mientras hablaba por teléfono con Xabi le hice un “google” en toda regla a Max Sala.

En una primera impresión me pareció un tipo deportista, reconocido en su profesión y con un material de bicis y ropa impresionante. Fino y con pinta de andar como un tiro en la bici.

Aquello no dio mucho más que un “espero que le des caña Willow” y un ”si consigo llegar a la salida está hecho Xabi”.

Llegué a la salida, después de llenar un presupuesto haciendo la triple mortal con tirabuzón y medio, allí estaba yo. Y Max Sala, y el destino quiso que nos tocara juntos en la sesión de fotos de la categoría SOLO. Me hizo ilusión, me acordé de Xabi, bueno siempre me acuerdo de Xabi en las carreras, aunque para ser sincero si me llega a tocar junto a Strasser hubiera sido la leche.

A partir de ese momento yo ya no estaba para Strasser, Sala, Baloh y demás corredores, pero mi equipo sí. Y tuvieron varios contactos con otros equipos, el de Sala incluido.

Sí me acuerdo de sus Pinarellos, dos F10 y una Bolide de crono pintadas con su nombre y logo para la RAAM. Casi nada. La verdad que después de mis Canyon era las más chulas del muelle de Oceanside (un saludo Puy Trigueros).

A Max Sala le pasó factura el desierto, salió de él pero tocado, le faltó ritmo con el sueño y la falta de concentración le vino pronto. Perdió la noción de la carrera, se salió varias veces de la carretera y se cayó de la bici dormido.

Y al final se sobrevino otro mal de la RAAM, la caída del cuello. Los músculos del cuello no aguantan tantos días la posición y se paralizan. La cabeza se cae literalmente y los corredores se atan a la frente un palo de escoba que pasa por la espalda. Tal cual.

Este síndrome no es nuevo en la RAAM. Puede ocurrir y de hecho ocurre en todas las ediciones, pero se puede prevenir con trabajo específico durante el año de preparación.

Mi hermano Perdí, que fue por la RAAM como lo hace por la vida, con una mano tendida dispuesta a ayudar al que lo necesite, le visitó a Max en la Time Station de Trinidad. Se interesó por él, por cómo le iba, habían estado hablando en la salida y con su equipo habían hecho buenas migas.

Lo que vio Perdi en aquella autocaravana fue a un tipo llevado al límite de los límites, la fatiga hecha hombre. Me acuerdo que me lo contó durante la carrera.

Max Sala acabó en un Hospital después de Missouri, con más de 3000 kilómetros de mucho sufrimiento y sin opción física de acabar la carrera. Él y su equipo lo pasaron muy mal, mucho peor de lo esperado. La RAAM no tuvo piedad.

Me gustaría enseñar este vídeo a todo el que me dice que la RAAM es cuestión de cabeza, de ser valientes y de tener pensamientos positivos, de darlo todo. Para nada. Aunque seas Strasser la RAAM es una carrera muy difícil de acabar.

Hoy, el Team Sky, a través de sus redes sociales, ha presentado un documental de una hora sobre la carrera de Max Sala, muy largo pero muy bien hecho. Se ve la dureza de la carrera en todo su esplendor y Pagosa Springs de día (yo lo pasé de noche y enfadado con la vida).

Y precisamente esta semana Xabi Zandio está en Manchester con el Team Sky, el equipo de casa porque todos los equipos de Xabi siempre han sido nuestros equipos.

De momento, el teléfono no suena. No sé si es porque no voy a ir a la RAAM en 2019 o porque Max Sala ya no lo va intentar otra vez.

PD.: Os pongo la foto de la reunión de corredores en Oceanside, como se ve en mi cara, antes de salir veo más un problema que resolver que una carrera a disfrutar…..y el video de Max Sala, claro.