“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

LA FASE 2 ES LA BUENA, ESTOY SEGURO.

Me muevo bien en la fase 2, de verdad. No hecho nada en falta. La fase 1 ya me parecía una fiesta, pero es que ahora me doy cuenta que la fase 2 es mi zona de confort. En realidad creo que he pasado toda mi vida en fase 2.

Si me dejaran llegar a Biarritz, un par de veces al mes, le iba a ir dando a la fase 3. Hago el deporte que me da la gana y como estoy de vuelta del mundo encorsetado de una planificación para un objetivo, salgo a pleno sol con la bici o las zapatillas hasta tres veces al día. Me encanta acabar el día destrozado, ya se que suena mal, pero me ayuda a no darle vueltas a las cosas, a cenar y centrarme en la biografía de turno de los amigos de “Libros de ruta”.

Es que la fase 2 es tan chula que hasta nos deja llegar a Nalia y tomar un helado, o subir el Castillo de Irulegui con Iciar y su amiga Andrea, o bañarnos en las pozas del Salazar como hacíamos de pequeños. También puedo batirme en duelo con los Molinero en Marcalain, sí, digo “los” porque ahora, a la vuelta de la vida, es Gorka, el hijo de mi amigo Miguel, el que me sube a la zona 5 en nuestro puerto, Marcalain.

Placeres de la fase 2, sencillos, baratos, recomendables y hasta sostenibles, ¡Claro que si! Mola la fase 2.

La fase 3 traerá la apertura de más bares y locales de ocio nocturno, centros comerciales, sociedades y peñas, gimnasios, piscinas y museos. Si lo analizas bien, la fase 3 es una mierda. No me veo en un gimnasio, nunca me he visto. No tengo ni peña, ni sociedad ni siquiera tengo cuadrilla en la piscina para hacer unas costillas, o cenar en las fiestas de Oberena. Es triste sí, pero yo tampoco hago mucho por socializarme, la verdad. Lo de la distancia social de ahora lo llevo aplicando en la piscina desde hace años. Me llevo el libro y me voy a una zona verde en la punta más lejana a las piscinas. Mi amigo David Saro le llama “la zona Willow” porque estoy yo solo viendo la vida y a los del pádel pasar, y escribiendo, que allí he escrito muchos blogs para esta web y para el periódico.

Y no hablemos de museos, el único que me atrae es el que está en Osaka (Japón) y esta dedicado a la marca Shimano. Mi hermano Mikel Baráibar ya ha dado cuenta de él.

Lo de saldremos más fuertes y mejores siempre me ha parecido una auténtica memez. La única certeza que he tenido durante este tiempo es que saldremos con menos dinero y con un plan de ajuste familiar inmediato. Nosotros no somos ninguna isla en la situación económica que vive la sociedad. Cada recorte salarial, al trabajar los dos en el mismo lugar, nos atiza bien, como a muchas parejas. Cada anuncio de nuevas medidas nos deja temblando, en esos balcones que asoman a un tiempo que se ha ido, que dice Diego Vasallo en “El duelo, pero sin ganas de aplaudir.

Antes un buen paseo al amanecer con la bici hacía olvidarte de muchas cosas, me ayudaba a intentar simplificar los problemas. Tengo un máster en hacer que no pasa nada, que todo va bien, en evitar situaciones complicadas, en pasar de largo.

Ahora durante esos amaneceres mi cabeza es una centrifugadora de malos rollos en los que pienso que todo puede ir a peor, y el día, a veces, no hace más que darme la razón. Me empiezo a revelar contra mí, siento pena a veces y rabia otras. A veces me veo como Michael Douglas en ‘Un día de furia’, en el que pasa del “todo va bien” a reventarlo todo, pero enseguida, al mínimo problema me giro y me voy por otro lado, y lo vuelvo a dejar pasar.

Así que con este panorama mejor quedarnos en la fase 2, que la tres lo único bueno que tiene es que abren las fronteras, pero con el ERTE familiar que estoy aplicando, por el bien de la familia claro está, la puesta de sol landesa de Vieux Boucau este año la dejamos para una mejor temporada, o por lo menos para temporada baja y en vez de cinco seguidas un par y gracias.

Termino. Tengo pendiente una visita con mi Dogma F10 a Etxauri. He podido ir, lo sé, pero no me he atrevido. Es un puerto que lo tengo muy interiorizado, tanto que cuando han pasado 500 metros ya puedo adivinar el tiempo que voy a hacer arriba. Quiero ver que ha pasado con mi vida deportiva después de este confinamiento y de no haber hecho una maldita serie desde casi ya un año. Pero paso de largo, como con los problemas, pero esta vez hacia Belascoain, me aterra ver que también en Etxauri las cosas vayan a peor. Ley de vida, sí, los años y tal.

Algún día me armaré de valor y subiré Etxauri y pasaré del todo va bien a decir que es una mierda cuando haga falta. Hasta entonces sigamos bebiendo Vasos de Roma y Ginebra en la fase que mola, la 2.

Entramos en junio, un buen mes para perder la memoria y no recordar aquel salto mortal con doble tirabuzón y sin red que nos hizo vivir con el viento a favor y a pleno sol, y que terminó en el maldito muelle de Annapolis (Washington), donde Mikel Conti era Italiano y un madrileño había corrido la RAAM.

La penas llegan, las flechas vuelan, la vida avanza con el labio partido.

Willow