“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

LA CLÁSICA DE LASARTE, LA GT DE XABI ZANDIO Y

Por Guipuzkoa andan a la gresca con las organizaciones de las carreras ciclistas, con todas menos con “Le Grand Départ” del Tour en Bilbao y su paseo por el resto del País Vasco.


El motivo, el limbo jurídico que vive la gente de la organización que se acerca cada fin de semana para echar una mano, con su tiempo, su moto o su coche y sacar adelante la carrera de turno de cada pueblo, las de cadetes o las de más renombre como el mítico Valenciaga en Eibar. Y que ante cualquier incidente durante la prueba se ven desprotegidos, sin media cobertura que cubra nada y terminan poniendo además de su tiempo, su dinero, o el de una organización que sale cada domingo jugando al empate el partido del presupuesto y lo termina perdiendo por goleada.


Y así el Diario Vasco, nuestro periódico de referencia para el ciclismo y para las cosas más chulas de la vida como una nevada en la playa de La Concha o una buena entrevista a Mikel Erentxun, lleva unos cuantos días entre el problema del ciclismo de base y las facilidades institucionales a las grandes carreras, el Tour, sí, pero también la clásica de San Sebastián y la Vuelta al País Vasco, carreras en las que ellos también colaboran en su desarrollo.


Los efectivos que la Ertzantza destina a estas pruebas y las partidas presupuestarias de las administraciones públicas, son infinitamente mayores que la que pueda tener una clásica de Lasarte de aficionados, que por cierto cumple este año su centenario y si no recuerdo mal, en el año 1996 tenía 180 kms de recorrido, casi nada. Una cifra que casi termina con Xabi Zandio, que pasó de un Cafenasa Juvenil de un par de horas de carrera a un Banesto de aficionados con el doble de kilometraje. Otros paisajes y otros tiempos, pero todo igual por el Club Ciclista Lasarte y por el Villavés también.


Y decían en el Diario Vasco que si queremos ver un Tour lleno de gente y con participación de corredores Vascos en él, tenemos que cuidar la base de la pirámide, con toda la razón del mundo, claro, como parte esencial de un trabajo básico para tener en lo más alto del Word Tour a los Izaguirre, Fraile, Aramburu y compañía. Porque esos corredores no se pueden traer por Amazon en cuatros días, eso también lo apuntaba Iñaki Izquierdo, son fruto de todos los Pepe Barruso que hay por el Pais Vasco por el resto de las comunidades y de las carreras que les han ido formando hasta llegar a lo más alto, las misma que ahora están colgadas de un hilo.


El Tour y el resto de grandes carreras son iniciativas privadas, con tantos beneficios como casas comerciales arrastran, y un buen retorno económico para las zonas por donde pasan y de allí el interés institucional, retorno que también tiene su polémica en las cifras que arrojan. Desde luego cada iniciativa tiene más o menos seguimiento, pero en cualquier caso no le veo ni a Christian Prudhomme ni a Javier Guillen pagando de su bolsillo el desperfecto de la moto enlace caída al cubrir un cruce, o es esperpento de la etapa fumada por los corredores cada vuelta, porque siempre una cae. Ningún problema.


Y toda esta chapa es para decir que tenemos un problema serio y no tengo ni idea de cuál es la solución, porque nunca he tenido luces más que para andar en bicicleta en plan Forrest Gump, pero que después de mis años por el Vilavés y la vuelta de Miguel al club, me parece fundamental el trabajo de toda esta gente y que las instituciones les tienen que facilitar sí o sí su labor comunitaria, porque es una actividad deportiva pero también social, y si no que se lean el blog que precede a éste, e intentar aportarles toda la cobertura legal que ahora mismo les falta y reclaman, con eso suficiente.


Yo fui muy feliz detrás de Xabi en las escuelas de ciclismo y su pinarello de acero roja, en cualquier carrera de cadetes y juveniles con su GT de aluminio que Roberto Ustarroz decía que era un “engendro de bicicleta” y en la meta de Pau del Tour de Francia del 2005, con su Pinarello de Carbono y un Oscar Pereiro que nos dejó mirando hacia la nada. Ahora Xabi pasea una Pinarello F12 y la dirección del Ineos Team con la misma sonrisa de siempre, y algunas veces, hasta me pasea a mí también.


Willow.


P.D.: Pero qué azul y que bonito he terminado el blog, que tampoco tiene mucho que ver, pero bueno, entre la Clásica de Lasarte, Pepe y lo que le quiero a Xabi ya me he venido arriba, además es mi blog y escribo lo que me da la gana ¿bien o qué?.