“Darle la vuelta al cuerpo; blog de un ciclista de ultrafondo”

SUPERVIVIENTE SÍ ¡MALDITA SEA!

Cerramos una semana de mierda, así, sin paños calientes, ¿qué os parece? ¿mal no? o ¿bien?. Si eres un tipo "tóxico" y te has alegrado, estás de suerte, mañana abrimos otra que pinta parecida, o igual si un coche me atropella mientras entreno en la bicicleta.
¡No pasa nada! Estoy perfecto, con unas buenas contusiones y un moratón/mancha/hematoma...negra que va bajando por la parte izquierda de mi cuerpo, tipo aquella que le salía en la mano al pirata Jack Sparrow, otro moratón se queda entre la cuarta y quinta costilla, calculo, y la zona de la ingle mantiene un amarillo otoñal perfecta para la época del año que estamos. Tan amarilla que igual me escribo un #autum de esos que se ven por Instagram.
Chapa y pintura, a recuperarse, lo que no mata te hace más fuerte, el fútbol es once contra once y hasta el rabo todo es toro. Y a mamarla a Parla que como dice Serrat cuando acaba la fiesta....la rosa pobre al portal, la rosa rica al rosal y el avaro a la divisas. Y si te he visto no me acuerdo.
Pero vamos a lo importante, la bicicleta. Pues nada, la maneta izquierda que tiene su marca, como una cicatriz de guerra, el sillín que le ha salido una nueva línea que descubre su interior y poco más, así que más contento. ¡ Pobrecica la Canyon, el mal rato que se tuvo que llevar!!!
No soy un tipo que le gusta estar quieto, así que después de pasar por la Clínica San Miguel y que el diagnóstico fueran Policontusiones, Hematomas etc sin que apareciera la palabra fractura, fisura y otras más jodidas me fui a trabajar y de allí al rodillo. Resultado, llevo unos días que donde mejor me encuentro es sobre la bicicleta y donde peor en la cama.
La rotonda de Sarriguren no es amable para la bicicleta, y creo que para los mismo coches tampoco, aunque la gente que allí estuvo ese rato si lo es. A los 10 minutos de mi pequeña embestida otro coche repitió la misma jugada delante de mis narices.
Llevo en los 10 últimos años de mi vida más de 250.000 kilómetros y nunca me había llevado por delante ningún vehículo. He tenido mis sustos, como todos, pero nada más. Lo que me pasó a mí el otro día no fue ninguna imprudencia ni siquiera despiste de nadie. Las rotondas grandes, de velocidad, son imposibles también para los coches.
Mi día a día últimamente tiene un tufillo a Rotonda de Sarriguren, creo que estoy dando vueltas por allí solico, recibiendo golpes, levantándome, esquivando y vuelta a la rotonda, a esperar el trompazo. Mala suerte la mía, estoy en la rotonda equivocada, con lo tranquila y chula que es la siguiente, la de Ripagaina, con sus semáforos, su jardín perfecto y su poca velocidad.....la rosa pobre al portal y cada uno a lo suyo, y punto. Vendrán tiempos mejores, seguro, para eso están Irache, Miguel, Iciar, Cano, Mikel, Oscar, los abuelillos, los Boris, los Kikes....y Mikel Erentxun. Pero estos, los tiempos de ahora, ya se están haciendo largos, bastante largos, demasiado largos.
Tened cuidado en las carreteras, la ciudad no es amable mientras utilicemos el coche para desplazarnos en una ciudad tan pequeña como Pamplona. No tiene sentido. De puerta a puerta en coche y tiro porque me toca!! Pues nada, haremos buena la frase de "cada uno hace lo que quiere". Así nos va.
Ahora me siento como en aquella canción de Duncan Dhu, "La Herida",..."cuando después de perder la herida vuelve a sangrar".